La era digital ha traído consigo cantidad de avances que han redefinido nuestra vida en múltiples aspectos pero a su vez también ha ampliado el campo de acción de los delincuentes, haciendo que los delitos informáticos sean un problema que está a la orden del día.
En ese sentido, los actores y actrices de la industria del entretenimiento para adultos son un colectivo especialmente vulnerable dado que la mayoría de sus actividades se realizan a través de medios digitales. Por si fuese poco, en muchas ocasiones el estigma adyacente a su trabajo les coloca en una posición desfavorable frente a las grandes corporaciones, sufriendo directa o indirectamente prácticas como shadow banning, suplantación, cierre de cuentas o hackeos. Todo un abanico de zancadillas tecnológicas que, en un ámbito como el suyo donde lo habitual es autogestionarse, acostumbra a generar desconcierto, impotencia y frustración. Si a ello le sumamos el factor necesidad, algo en lo que el COVID ha contribuido notoriamente, obtenemos la combinación perfecta para llamar la atención de otro tipo de criminales: los estafadores.
Hace unos días, la actriz colombiana Canela Skin advertía en Twitter sobre uno de estos casos. Indagando en la historia hemos descubierto que no se trata de un hecho aislado, sino que el mismo individuo ha repetido la jugada -de forma más o menos exitosa- con varias actrices de la industria porno española. El modus operandi siempre es similar, contacta con los objetivos presentándose como un fan o simplemente como un profesional de Internet que se ofrece para ayudarlas a verificar sus perfiles en redes sociales, sanear sus cuentas o tareas del estilo, posteriormente las confunde con jerga pseudo-técnica y finalmente requiere un pago por sus servicios. Durante el proceso es posible que además haya conseguido documentación privada que le permita realizar otros trámites -como la solicitud de micro créditos- o acceso a contenidos personales -como cuentas de OnlyFans y similares- que puede desvalijar a su antojo.
Chicas me veo en la obligación de publicar este tipo ya que está feliz estafando nenas de nuestra industria y aunque ya lo pillamos parece que no tiene intención de parar así que les dejo su cara para que no caigan ‼️‼️‼️ Es de Tenerife! pic.twitter.com/VN2U8JUcnR
— CanelaSkinxxx (@CanelaSKinOff) October 5, 2020
Otra de las damnificadas, la actriz y directora Lara Tinelli, nos explica que entró en contacto con el estafador por recomendación de una compañera. Recientemente había sufrido varios hackeos y se sentía abrumada por tener que lidiar con estos problemas además de cumplir con su ajetreada agenda de trabajo. El tipo, que aseguró trabajar para Google además de dirigir su propia empresa de ciberseguridad, prometió conseguirle la insignia azul en Instagram y limpiar de spam sus redes sociales. Afortunadamente, cuando llegó el momento de pagar, el sexto sentido de Tinelli le advirtió de que algo no cuadraba. Poco después recibía la llamada de su compañera previniéndola sobre el timo. En su caso no llegó a haber un desembolso económico pero el estafador consiguió agenciarse documentación que podría utilizar en su beneficio.
Gracias a la mediación de un equipo de investigadores especializados, que han seguido el rastro digital y han dado con la identidad del malhechor, se han cursado las denuncias pertinentes ante las autoridades. Lamentablemente esto no asegura que el estafador vaya a cesar en su actividad ni que las víctimas encuentren justicia -o al menos a corto plazo- por lo que es importante andarse con mil ojos. La mejor defensa ante este tipo de situaciones sigue siendo el sentido común y la prevención, realizar un mínimo de reciclaje tecnológico o rodearse de asesores cualificados de confianza. Internet es una jungla y la ciberseguridad no es solo instalarse un antivirus sino que también pasa por adoptar una serie de buenas prácticas, la más importante: cuidado con la información que divulgamos ya que esta puede ser empleada por los ciberdelincuentes.