La siguiente quizás no sea la noticia más relevante de la década, pero es curioso ver cómo las ratas huyen cuando se hunde el barco.
Por Alex Pérez
One Eyed Spirits, el distribuidor de licores finlandés detrás de la marca de ron «Ron de Jeremy», ha anunciado esta semana la suspensión del producto que lleva comercializando desde 2013 con el nombre e imagen del actor Ron Jeremy, tras rescindir su acuerdo comercial con el artista ahora caído en deshonra. Según un comunicado publicado en el boletín comercial de la firma Just-Drinks, la bebida será puesta en circulación de nuevo próximamente bajo el nombre de «Hell or High Water».
Como ya informamos en su momento, Ron Jeremy se encuentra encarcelado en Los Ángeles a la espera de juicio por la presunta violación y agresión sexual de varias mujeres que presentaron denuncias ante la oficina del fiscal de distrito [enlace a la noticia]. Después de su arresto en junio de 2020, el célebre icono de la industria adulta se declaró inocente de los cargos y la audiencia preliminar sobre su caso se ha retrasado hasta principios de agosto de 2021.
«Continuar con la marca no es una opción moralmente sostenible para nosotros» ha declarado un representante de One Eyed Spirits, los cuales también fabricaron en su día una ginebra llamada «Hedgehog» (apodo con el que se conoce a Ron Jeremy) que gozó de menos repercusión. La compañía de Helsinki es responsable de otra marca relacionada con el sexo, el vodka «Tom of Finland», que homenajea al artista finlandés Tom of Finland y su influencia en la cultura gay de finales del siglo XX.
Otro caso donde por lo visto tampoco existe la presunción de inocencia es el de la actriz Mercedes Carrera, detenida en febrero de 2019 junto a su marido bajo acusaciones de abuso sexual a un menor y posesión de sustancias controladas. Su audiencia previa al juicio se ha pospuesto en numerosas ocasiones, habiéndose marcado como próxima cita el 4 de junio. Ignoramos si se trata del funcionamiento habitual de la justicia norteamericana o si pertenecer a la industria del entretenimiento para adultos ha resultado ser un condicionante, pero es evidente que en ambos casos sus protagonistas ya han sido condenados legal y socialmente.